Hola, soy Mariela, mi relación con la discapacidad comienza hace 11 años cuando nace mi hijo Bruno y le diagnostican parálisis cerebral.
Al principio no entendía bien lo que pasaba, ya que no tenía conocimientos sobre el tema. Por suerte, encontré en este camino que no es nada fácil transitarlo, a muchas personas que me guiaron, desde un principio la Dra. Simbron especialista en fisiatría fue una de ellas.
Al comienzo fue difícil aceptar ya que cuando nace Bruno, me dicen que nace con todos los signos de un niño normal, al cabo de pocas horas encuentran sus manitos muy cerradas y no respondía al reflejo normal, entonces se le realiza una ecografía cerebral y es allí cuando detectan la lesión, es ahí cuando comenzamos con rehabilitaciones necesarias para que Bruno tenga una mejor calidad de vida.
Hemos transitado por varios lugares para rehabilitarlo entre ellos: Hospital de niños, Fundación Castillos Morales, Hellen Keller, Animarse y el actual C.E.T El Faro, en este ultimo ya hace 5 años que Bruno es alumno, encotrando aquí un equipo de profesionales comprometidos con los niños y los adolecentes con diagnósticos similares a Bruno, la verdad que este lugar trajo alivio a nuestra familia.
Cuando Bruno ingresó ese año, como mamá peregriné por diferentes jardines y lugares, Bruno demostraba a su manera la necesidad de tener su lugar fuera de la casa ya que sus hermanos todos asistían al colegio y él se daba cuenta de que era el único que se tenía que quedar con su mamá y eso lo ponía muy molesto.
Yo como madre me sentía muy triste así que decidí salir a buscar un lugar, fuimos al Martínez Allio, se hicieron las admisiones requeridas pero no tuvimos suerte y es allí cuando me sugieren ir a El Faro, oh sorpresa cuando me dicen que debía hablar con Alejandra Campion, resulta ser que Alejandra estaba casada con un ex compañero de facultad y amigo de mi marido con quienes habíamos mantenido amistades 20 años atrás y por esas cosas de la vida empezamos a vernos cada vez menos hasta que perdimos el contacto, así que apenas llegue a mi casa la llame por teléfono le comenté lo que nos estaba pasando y si dudarlo me concedió un turno para que lo llevara a Bruno y lo evaluaran los profesionales del centro.
Resultó ser apto para asistir a este lugar, la verdad que fue un momento que solamente una madre y un padre de un niño discapacitado lo llegan a entender, que tu hijo sea aceptado, atendido y valorado en un espacio, el cual pasa a ser su segundo hogar. Agradezco a la vida por que todos ustedes forman parte de mi vida y la de mi hijo, día a día enseñándonos como sobre llevar la vida de un discapacitado que no es nada fácil pero muy gratificante.
Cuando ves los logros, por mas pequeños que sean, se disfrutan el doble y con mucha emoción. Agradezco formar parte de este centro el cual es muy reconocido en la ciudad por demás instituciones, ya que desde este año fui aceptada como una integrante mas, infinitamente agradecida a Alejandra, Esteban y a todos mis compañeros a quienes respeto por sobre todo como personas aceptándolos a cada uno por lo que son.
Simplemente gracias.